lunes, 23 de mayo de 2011

El Arte de Conocerse a Si Mismo

Es curioso ver como el ser humano se preocupa constantemente por incrementar sus conocimientos, por desarrollar sus habilidades y capacidades sobre todo  intelectuales con miras a ser más competitivo, por aprender sobre todas las ramas en la vida; pero  sucede que se enfoca tanto en el exterior, que se olvida de lo más importante, del interior.

Constantemente nos encontramos con personas que se creen expertos en cualquier área y opinan sobre todo, pero cuando se trata de hablar acerca de sí mismos, de sus emociones y de sus sentimientos, toda esta elocuencia se va perdiendo. Se sienten  arropados por la confusión, por la ignorancia y por el miedo; por lo que su mecanismo de defensa es pasar la hoja rápidamente y buscar otro tema de conversación.

Hasta los grandes Filósofos de la humanidad afirmaban que la cosa más difícil del mundo es conocerse a uno mismo. Recordemos  también la frase socrática que dice: “Conócete a ti mismo”.
Conocerse bien a uno mismo representa un primer e importante paso para lograr ser el arquitecto de nuestra propia vida, y quizá por eso se ha planteado como un gran reto para el hombre a lo largo de los siglos.

Autoconocimiento es el proceso de  conocer al ser que vive en nosotros desde antes de estar en este plano físico. Es algo que está grabado en nuestra memoria celular, en lo más profundo de nuestro ser.
Muchos argumentaran que no tienen tiempo para esas cosas, que viven muy ocupados en cuestiones que sí son realmente importantes, que  eso del autoconocimiento es  para vagos…pero lo que no saben es que si desconocemos quiénes somos nos dirigen desde afuera nuestros padres, maestros, amigos o autoridades.   Corremos el riesgo de vivir envueltos por la  niebla de la ignorancia, y desafortunadamente, en la mayoría de los casos es esto  lo que sucede: Actuamos como máquinas de un sistema de cosas que nos manipula constantemente y que nos dice desde qué vestir, qué comer, qué lugares visitar,  qué comprar, cómo pensar,  incluso cómo comportarnos,  rigiendo así  cada acto de nuestras vidas.

Aquél que sabe lo que siente y hacia dónde se dirige  todo lo que hace está lleno de sentido y energía, en cambio el que lo desconoce vive una vida sin sentido y se paraliza. Y aquí radica gran parte del secreto de la felicidad.

Ahora bien, para poder autoconocernos debemos entender quién soy yo y cuál es mi verdadera naturaleza, conocimiento que a veces  suele ser difícil, pero lo que debes entender es que no eres quién crees ser o te han enseñado.
Generalmente la definición de lo que somos viene dada por un nombre, un sexo,  profesión, cualidades, gustos, opiniones, entre otros; pero todo eso no es más que tu personalidad, ese personaje que muestras al mundo todos los días.

Debes entender que todos los elementos que componen tu personalidad son pasajeros como por ejemplo tus pensamientos, deseos, recuerdos, etc. Y sin embargo aunque todo eso pase, tú sigues existiendo o aunque te falte algo de tu cuerpo tú sigues existiendo.
En el intervalo de estar vivo en el mundo físico o terrenal, tu mente piensa, siente y vive a través de un personaje temporal, que es el ego.

El ego está constituido por muchas ramificaciones, es decir muchos YO, lo cuales viven luchando entre sí para gobernar la vida de la persona. Cada vez que ante una misma situación surgen diferentes pensamientos, muchos contradictorios, creando conflictos en la persona, estamos ante la presencia del ego.

Haber nacido en este mundo terrenal es similar a como un actor interpreta un papel temporal para una película, el problema radica cuando el actor empieza a creer que es el personaje y no puede distinguir lo falso de lo real.

Si nos detenemos a analizarnos, notaremos que la vida es como una obra de teatro en la que nos pasamos la mayor parte del tiempo tomando diferentes papeles en los diversos ámbitos que nos manejamos: En la casa somos de una forma x, en el trabajo de otra, pero con nuestros amigos de otra, con nuestra pareja nos comportamos de manera diferente y con alguien que acabamos de conocer también, es decir que diariamente, nos pasamos la vida asumiendo el papel de diferentes personajes,  reaccionando como creemos que somos, o como nos han hecho creer que somos;  y no sólo eso sino que durante la interpretación del personaje, se te olvida que eres un actor y ahora crees que tu verdadero ser es el personaje de la obra. Y no es así, debes  tener bien claro que eres el director de esta obra de teatro que es este mundo, eres el observador  y no el actor. 

Debes entender que el personaje es simplemente, una creación de tu mente y la sociedad. Ya que detrás de esa personalidad hay un ser que vive en lo más profundo de ti y aclama por ser escuchado. Ese ser, quizás lo puedas escuchar en tus momentos de soledad, de reflexión. Pero qué es lo que sucede generalmente? Que tan pronto te percatas de ese ser,  buscas escapatorias para no  mirar dentro de ti mismo, como por ejemplo: Buscar la compañía de los demás, salir, prender la tele o la computadora,   mantenerte distraído en cualquier cosa, porque en el fondo le temes a lo desconocido, le temes al ser que vive en ti, a la voz de tu conciencia que te implora que la escuches; pero no lo haces porque sientes miedo, miedo a quedarse solo y ser diferente, miedo a lo desconocido, miedo también de ese ego y esa personalidad a ser destruido y es este mismo miedo, que te impide el avance en el proceso del autoconocimiento.

La buena noticia es que a medida que vas enfrentado ese miedo, con coraje, con fe, con valentía, la luz y la paz van resurgiendo, logras ver el mundo con mayor claridad y adquieres una mayor  fortaleza para seguir avanzando. Te das cuenta que ese miedo no era mas que una creación de tu mente, porque siente miedo de tu yo interior, de la voz de tu conciencia, la cual pertenece a la conciencia universal.

El autoconocimiento no se trata de completar un test y determinar cuál es tu tipo de personalidad. No, va mucho mas allá, es analizar el porqué de cada una de tus reacciones, el porqué piensas de tal o cual forma, el porqué sientes lo que sientes. Es observar constantemente si quien actúa es tu personaje ficticio o es un acto genuino, si sigues la voz de los medios de comunicación o de los demás, o sigues la voz de tu conciencia, de tu corazón  que es quien tiene las verdaderas respuestas.
Ahora bien, se estarán preguntando como puedo escuchar la voz de mi conciencia? Cuál es su lenguaje? Donde puedo aprender su idioma para comunicarme con ella o a que numero debo llamar?
La mejor forma de escucharla es a través del sonido del silencio…Sólo en el silencio podrás  conectarte con tu verdadero ser. No se trata de conceptualizar aquello que eres, puesto que  las palabras y el pensamiento son muy limitados para eso, se trata más bien de sentir,  de experimentar, de vivir lo que eres realmente, de sentir la energía, de fluir con ella, de vivir consciente en cada momento de tu vida.

 Para esto la meditación es una herramienta fundamental, es el puente que te conduce hacia ti, ya que a través de ella, puedes aquietar tus pensamientos y entrar a  un mundo de paz y tranquilidad  al  conectarte  con tu ser, con tu conciencia. La meditación es el actor observando al personaje actuar en la obra. Y es que sólo a través de la observación  nos libramos del peligro de confundir el actor con el personaje y  convertirnos en marioneta de las circunstancias y los demás. 

La  meditación es un estado  donde llegas a estar consciente y presente en donde estés y  con lo que estés haciendo. De modo que a través  del  silencio absoluto, sentado solo contigo mismo y realizando tu meditación, puedas comprender la voz del silencio. (Mas adelante hablaremos en detalle sobre la meditación).

Debes tener en cuenta que encontraras muchas barreras en este proceso del autoconocimiento, pero son barreras que tú mismo has creado, por tanto sólo tú las puedes derribar. Podrás notar que existe  una confrontación entre lo que eres realmente y cómo quisieras o crees ser. A lo largo de la vida,  la persona ha creado en su mente la forma en la que le gustaría ser, pero logra  descubrir  en el proceso del autoconocimiento,  que esta imagen creada choca con su verdadera esencia y por eso surge la confusión, por eso la dualidad.

Vas a encontrar muchas cosas positivas dentro de ti, cualidades de amor, de bondad, pero como todo diamante en bruto que necesita ser pulido para llegar a la perfección, debes saber que hay muchos aspectos negativos y  situaciones de dolor,  que deben primero ser removidos y quizás el no querer encontrarte con eso es lo que te impide el avance.
Así como cada rosa tiene sus espinas, tu maravilloso ser debe liberarse de esas espinas que no son más que esas diferentes manifestaciones del ego, que solamente te causan dolor y sufrimiento, como son la ira, el rencor, el egoísmo, el miedo, la envidia, entre otros.
Así que no tengas miedo, ábrete a la luz divina, pide con fe, no te canses de pedir la liberación, pídela de todo corazón, y en su momento preciso, llegará. No temas ser diferente, hay más personas de las que imaginas pasando o que ya pasaron por lo mismo que tu, lo único es que muy pocos se atreven a expresarlo.

Acéptate como eres, y a partir de ahí, comienza tu camino hacia el crecimiento y la evolución. Acéptate con tus limitaciones, con tus imperfecciones, pero también como el ser maravilloso que vive en ti, recuerda que sólo así, podrás ser realmente feliz.

Todos somos hijos de la luz, pues el Creador que es la Luz Suprema, nos hizo así a todos. Si investigamos con atención en nuestro interior, percibiremos que ya tenemos muchas conquistas, más también que aún nos falta dar algunos pasos para que brille de hecho nuestra luz. Es sólo una cuestión de tiempo y de disposición. Es un largo camino de autodescubrimiento, pero imprescindible para nuestro perfeccionamiento.
Infinitas Bendiciones…
La voz de la Conciencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario