martes, 28 de junio de 2011

La Meditación.

Son muchas las preguntas e ideas que surgen cuando se habla acerca de la meditación, mucho más en el mundo occidental, donde cada vez es más común esta palabra, pero no existe una idea clara al respecto. Por eso, dada la inquietud de muchos, me atrevo a escribir sobre el tema desde mi humilde experiencia, haciendo una recopilación de la tanta información que existe alrededor.

Muchos tienen una la idea que la meditación se refiere a pensar o analizar sobre un tema situación en particular, esto puede ser un preámbulo a la meditación pero no el fin de la misma. La meditación no es más que no pensar, dejar a un lado las olas mentales, es decir los pensamientos, los cuales evocan las memorias del  pasado o las proyecciones del futuro y te impiden vivir lo único que es: El momento presente.

Meditar, es entrar en contacto con tu ser interior, es escuchar la voz de la conciencia que vive en ti, es elevar la  frecuencia vibratoria que te permita sintonizar con la fuente de  una energía universal. No se trata de pensar, ni de hacer, sino que es una cuestión de SER.


Ahora bien, para poder llegar a este estado y salir de la cotidianidad es necesaria la relajación y la concentración. Para que la energía que hay en ti pueda fluir con la Fuente de energía universal se hace necesario crear el ambiente adecuado dentro de ti y por esto se requiere primero relajar totalmente cada parte del cuerpo  e ir entrando en la respiración profunda, y luego de relajar el cuerpo, la mente…Pero como relajar la mente? Como dejar de pensar?

Pues Bien, para relajar la mente y parar los pensamientos incesantes, entra en juego la concentración, a través de diferentes técnicas, ya sea la respiración,  enfocar la vista en la luz de una vela, observar cada uno se los pensamientos, preguntarse contantemente quién soy yo, enfocarse en escuchar el sonido del silencio,  la repetición de un mantra o una palabra como  paz o amor… en fin…La idea es fijar nuestro foco de atención en el momento presente, en el aquí y el ahora y dejar a un lado cada pensamiento que solo trae, preocupación, culpa, sufrimiento, miedo, tristeza. También existen múltiples guías de meditación (en la sección de mantras y meditaciones del blog podrá encontrar algunas) las cuales pueden ser de gran ayuda para quienes no tienen idea de cómo hacerlo.

Al principio puede resultar un poco difícil, el hecho de permanecer callado, sin moverse, pero a medida que vas profundizando en la técnica vas descubriendo y viviendo experiencias que te permiten conocerte mejor, ver la vida desde una óptica diferente, entender el origen de muchos miedos y defectos, así como también la solución a problemas e inquietudes.

Es bueno resaltar que así como cada momento de la vida es único e irrepetible, así es cada meditación. Nunca trates de esperar lo que te ocurrió una vez, porque nunca será igual, asímismo aunque pueden ocurrir experiencias diferentes, no se supone que ocurra nada. Cada ser es único y cada experiencia es muy personal.  Simplemente entrégate en cuerpo, mente y espíritu a ese momento.

La postura puede ser la postura de loto, sentado en una silla con la espalda recta, otros prefieren hacerlo acostado boca arriba. Busca una postura que te resulte cómoda, pero no a tal grado que te produzca el sueño. El estado mental es mucho más importante que la posición del cuerpo, aunque estar sentado con la espalda recta ayuda a ejercer la atención y la atención constituye una parte fundamental de la meditación. Por otra parte, la meditación tampoco es algo que sólo se pueda realizar en el silencio y la intimidad del dormitorio. En realidad, se puede meditar prácticamente en cualquier parte (en un viaje, esperando el autobús, antes de asistir a una reunión o a una entrevista, etc.) y en cualquier momento del día.

Muchos se preguntan sobre la frecuencia de la práctica. La meditación se recomienda practicarla dos veces al día, por 30 minutos cada práctica. Una en la mañana y otra en la noche, pero esto va a depender de la disponibilidad de horario del meditador. Hay otros que sólo lo hacen una vez al día, ya sea 21 minutos, 30 o más. Para empezar, puede iniciar con una práctica de 21 minutos haciendo al inicio 21 respiraciones profundas, inhalando por la nariz y exhalando por la boca para la relajación. Luego, a medida que  el cuerpo y la mente se vayan acostumbrando, puede ir aumentando el lapso de tiempo. Llegará el momento que la persona sentirá la necesidad de meditar en un momento y tiempo  específico.

Para los que son un poco más analíticos, he aquí una explicación con una connotación más científica,  la cual  había leído anteriormente y creo conveniente compartir con cada uno de ustedes: Cuando meditamos nos liberamos de la respuesta de “luchar o huir” (asociada con la ira o la ansiedad) y nos hundimos en la respuesta de relajación: respiración lenta, ritmo cardiaco y presión sanguínea regulada, relajación muscular. Durante la meditación se producen cambios en la actividad de las ondas cerebrales que son bastantes diferentes a las pautas de simplemente descansar o dormir. Las ondas cerebrales pasan de Beta (de 14 a 26 Hz, estar en actividad) a Alfa (de 8 a 13 Hz, bienestar, sentimiento de "tener espacio"). Cuanto más nos relajamos más entramos en Alfa.

Pasamos la mayor parte de nuestro día cotidiano funcionando en la longitud de onda Beta. Beta es nuestra mente cotidiana, asociada con pensar, planificar, hacer, concentrarse, resolver problemas y generalmente centrarse en el mundo externo y satisfacer sus exigencias. El estado Beta no es un estado particularmente desagradable o incómodo, siempre que usted no vaya demasiado alto o permanezca demasiado tiempo en el sin decaer.

Entonces lo que sucede cuando nos relajamos en que nuestras ondas cerebrales disminuyen la velocidad hasta la frecuencia menor que llamamos Alfa.

 Si disminuimos la velocidad aun más que en Alfa (debajo de 7Hz) entramos en la onda de longitud Theta, el estado semidormido o de sueño. Cuando estamos en un sueño profundo y sin actividad onírica nuestras ondas cerebrales han disminuido la velocidad hasta 0,5 y 4 Hz, que es la amplitud Delta.

Alfa es el estado de conciencia más agradable. De hecho, ha sido vinculado al estar despierto, aunque en un cuerpo dormido. En otras palabras, una combinación de mente serena, despejada, libre de tensión, y un cuerpo que está totalmente relajado.

Es este estado Alfa el que es facilitado por la meditación y que a veces se menciona como el espacio meditativo. Y es en este espacio Alfa que la tensión se evapora, las baterías se recargan, los estragos de la tensión cotidiana son reparados y experimentamos una sensación de individualidad y de bienestar, de estar absolutamente bien con el mundo.

Es bueno advertirles que podrán surgir algunas barreras, tanto físicas come mentales pero a medida que vayas profundizando en la práctica lo podrás ir superando. El ser humano está acostumbrado a estar en constante agitación y el hecho de permanecer quieto, le puede resultar incómodo.

La meditación es vital para el desarrollo integral del ser humano. Así como el cuerpo necesita la alimentación y el ejercicio y la mente mantenerse activa; ambos también requieren de la relajación y el descanso para funcionar eficientemente, y que mejor que la meditación para alcanzarlo; no sólo en el nivel físico y mental, sino también espiritual.

Los beneficios de la meditación son múltiples, he aquí una lista interesante disponible en la web, la cual contiene un buen resumen de estos:

Relajación física.
La meditación implica un permitir, un dejar pasar, una capacidad progresiva para renunciar a la tensión física y mental. La meditación reeduca el cuerpo, eliminando los malos hábitos de la tensión física y los sobreesfuerzos innecesarios que solemos asumir desde una etapa excesivamente temprana de la vida, además de procurar una mayor consciencia corporal. En efecto, el meditador está en armonía con su cuerpo, hasta el punto de percibir la tensión y eliminarla.

Más consciencia sobre los procesos del pensamiento.
Eso no significa que el meditador pueda ni deba interrumpir a su antojo, los pensamientos o ideas indeseables, sino que gracias a la fuerza de la atención los pensamientos no pueden dominar su mente. La persona es consciente de sus pensamientos, pero sin estar atado a ellos. De este modo, las ideas ingratas no consiguen preocupar, inquietar o perturbar tanto la mente del meditador.

• Tranquilidad creciente y capacidad para superar el estrés.
Al igual que los pensamientos dejan de tener poder para dominar al meditador, lo mismo sucede con las emociones. La persona puede sentir tristeza o enfado, pero tal y como sucede con las ideas, esas emociones se mantienen a una considerable distancia del meditador, el cual, a pesar de ellas, experimenta una poderosa sensación de paz y tranquilidad interior.

Desarrollo de la consciencia.
La consciencia consiste en la capacidad para darse cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor, y de desviar la atención de una cosa a otra tan pronto como hace su aparición, en lugar de distraerse con los pensamientos y diálogos interiores de cada día, como si estuviésemos soñando despiertos.

Fomento de la auto-comprensión.
Si nos preguntaran si nos conocemos a nosotros mismos, generalmente responderíamos que sí. Pero, en realidad, la mayoría de nosotros somos unos perfectos extraños en nuestra propia mente. Tendemos a vivir en la superficie de nuestra vida interior, y sólo tenemos presente los pensamientos superficiales, ignorando lo que pasa en los niveles más profundos del inconsciente. Incluso pasamos por alto de dónde derivan nuestras ideas o cuáles son sus orígenes.

Desarrollo del pensamiento creativo.
La creatividad implica acceder o abrirse a los niveles inconscientes de la mente, donde nacen los pensamientos originales. Cuanto más sosegada esté la mente consciente, más capaces seremos de alcanzar dichos niveles.

Desarrollo de la memoria.
Una buena parte de nuestro olvido se debe a nuestra incapacidad para concentrarnos en lo que sucede en el entorno, y, en consecuencia, para almacenarlo en nuestros bancos de memoria. En gran parte se debe a la interferencia de la mente consciente, sobre todo cuando estamos preocupados o ansiosos, como por ejemplo, antes de hacer un examen. La meditación ayuda a apaciguar estas emociones inhibidoras y nos permite recordar las cosas en el momento necesario. El ejercicio y desarrollo de la consciencia también contribuye a potenciar la memoria. En este sentido, no conseguiremos recordar las cosas con regularidad a menos que seamos plenamente conscientes de ellas.

• Fomento del desarrollo espiritual.
No hace falta ser religioso o estar interesado en la religión para reconocer el valor intrínseco de la meditación, a pesar de que, en muchas de las tradiciones religiosas del mundo, ésta es inseparable del desarrollo espiritual. Por el momento, no es necesario añadir nada más sobre esta cuestión, salvo que para todos los practicantes, cualesquiera que sean sus creencias religiosas, la meditación les puede ofrecer una nueva forma de ver el mundo, una vía en la que la interdependencia de todas las cosas se transforma en una experiencia vívida, y en la que los sentimientos de compasión y de amor hacia el prójimo se convierte en una parte integral de la visión del entorno.


• Mejora la salud en sentido general.
Además de estos beneficios psicológicos y espirituales, la meditación también es provechosa en términos de salud. Aunque varía de una persona a otra, en general se puede incluir el descenso de la tensión arterial, el descenso del ritmo cardíaco y otros muchos beneficios psicológicos derivados de la relajación y del descenso de los niveles de estrés. Estos beneficios no sólo actúan durante la práctica concreta de la meditación, sino que se extienden a la vida diaria. Habitualmente, los meditadores se sienten más tranquilos y menos propensos a la ansiedad y a las emociones negativas, así como más capacitados para afrontar los desafíos y las tensiones propias de la vida. Por otro lado, al tener en orden sus ideas en la mente gracias a las prácticas de meditación que han realizado antes de ejecutar cualquier tarea que exige un esfuerzo agotador, muchas veces son capaces de hacerla de un modo más satisfactorio y con menos presión.

Uno de los mas grandes beneficios de la meditación, es transportar a la vida cotidiana ese estado de plenitud, armonía y presencia total que nos proporciona,  cada vez llevamos a cabo cada una de nuestras actividades y enfrentamos las diferentes situaciones. 

Y estos son sólo algunos de los numerosos beneficios de la meditación, como podrán notar, hay mucho que ganar y poco que invertir.  Compruébalo por ti mismo. Recuerda que la disciplina y perseverancia es imprescindible para el éxito en cualquier empresa.
En la ventana de mantrs y meditacioness, encontrarás algunas guías de meditación.
Qué esperas para empezar?

Linda Meditación!!!
Bibliografía:

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